Etiquetas
Es verdaderamente emocionante comenzar a construir un espacio…
Recuerdo cuando hace aproximadamente siete años decidí con mi mejor amigo publicar un pequeño fanzin. Era sólo una corazonada, en realidad creo que teníamos muchas cosas en la cabeza, medios y tiempo para lograr hacer algo nada profesional y sin lucro. El y yo coincidíamos en muchas ideas de edición, misión y visión que me emocionaban. Queríamos una revista autogestiva totalmente personalizada, fuera de cualquier tipo de ideología (que prácticamente es imposible), algo que mostrara la cotidianidad de un grupo de personas unidas por la música punk y sus ramificaciones universales. Nuestra prioridad eran las columnas. En ellas se mostraba un fragmento de la vida de algún compañero que formó, forma y formará parte de nuestras vidas. Las reseñas musicales eran importantes para mí. Recuerdo que todo el dinero que podía obtener de mis padres lo gastaba en discos compactos y casetes. Era un tiempo en el que mi círculo de relaciones era tan estrecho por un motivo musical. Queríamos una revista con opiniones de amigos, algo muy local y profundo. Una edición sencilla y estética para cánones personales.
Cuando finalizó la edición era una maravilla cambiarlo y regalarlo a tus conocidos. No pasó tanto para formalizar las ideas y meterse en un proyecto serio. Blaahha… Hoy es un tanto cómico que ese proyecto «serio» sólo haya durando dos ediciones. Admito la culpa, durante ese tiempo mi vida cambió tanto, después de seguir el recorrido de las oportunidades de la vida que sólo pasan una vez.
Pero en realidad nunca he dejado esa corazonada de comenzar otro, o continuar el mismo fanzin. La función de cualquier publicación es impresionante. Si todos nos diéramos un tiempo para escribir y compartir lo que pensamos y hacemos, seguramente podríamos llegar a desarrollar una mejor convivencia en este mundo, comunidad, aula, trabajo, familia, etcétera. Conoceríamos las preocupaciones del otro, sus fascinaciones, gustos y miedos. Las contrastaríamos con las nuestras y formaríamos una perspectiva más amplia de este mundo lleno de discursos, ideas y símbolos.
Imagínate, sería interesante leer el blog de tu padre, contando sus experiencias en el trabajo, sus desacuerdos y acuerdos con sus colegas, sus pláticas en alguna reunión, su opinión crítica de alguna canción o película… Para muchos sería bizarro, pero para nuestra situación familiar, serían tener un llave hacía una puerta que me llevaría a una dimensión de espacio y tiempo poco compartida por nosotros dos, un espacio para «conocernos» y construir a partir de retazos y remedios la vida de cada quien.
En fin, al parecer este blog ayudará a desahogar la corazonada de aquel fanzin ya olvidado. Hay cosas que quiero compartir: algunos ensayos escolares, opiniones de cosas audiovisuales, música, libros, algún evento emocionante… Hoy veré de qué forma este espacio en la red me puede ayudar…
Paz!
Raúl H.D